lunes, 23 de noviembre de 2020

VÍDEOS DE LA FORMACIÓN DE AYUDANTES: CURSO 2020/21

 

 

     VÍDEO 1: NIÑO PELIRROJO: 



VÍDEO 2: NO LO DIGAS POR INTERNET


 VIDEO 3: ESTEREOTIPOS:


VÍDEO 4: HACER LAS COSAS COMO UNA CHICA:


 

VÍDEO 5: COSAS QUE ESCUCHAN LAS CHICAS:  


 

VÍDEO 6: COSAS QUE ESCUCHAN LOS CHICOS:  


viernes, 8 de mayo de 2020

Recordatorio de lecciones.

Cuando todo esto comenzó, yo llevaba meses buscando la calma tras meses frenéticos de trabajo y la podía casi saborear, ya que el 16 de marzo comenzaba mis ansiadas vacaciones. Tenía un par de viajes por España planeados, lugares por descubrir y abrazos que llevaba anhelando durante meses. Pero de pronto de golpe y porrazo el mundo nos frenó.
Los primeros días fueron sencillamente irreales, pasaron sin pena ni gloria, pero con el tiempo comenzó la rabia a hacer acto de presencia. Tomaba consciencia de que tardaría en poder llevar acabo todo aquello que tenía organizado, me enfadaba con el mundo. Y entre el enfado el bloqueo, escribir, siempre había sido sinónimo de salvación y parecía que en este confinamiento, la creatividad también había decidido frenar en seco.
No os voy a mentir, casi dos meses después soy consciente de que no lleve tan bien como quise hacer ver esta "nueva realidad" tan atípica. Pero comencé a permitirme el lujo de reconocer mis días malos, los ratitos lejos de las redes sociales que ahora, más que nunca nos conectan, el respetar mi silencio creativo, fueron algunas de las claves para comenzar a encauzar de nuevo el camino.
Y así, encauzando mis pasos, llegaron los audios de amor, que me hacían sentir útil. El cuidado de mi red me sirvió de refugio y a la vez de inspiración para descubrir nuevas maneras de creatividad, muchas de ellas ya olvidadas.
Poco a poco sin darme cuenta, los malos tragos comenzaron a ser más livianos y la calma que ansiaba antes de todo esto, comenzó a reinar con ayuda de centrarme en el ahora y no en el mañana.
Han pasado casi dos meses, comenzamos a ver la luz al final del túnel, por eso comienzo a hacer un sinfín de recordatorios como este post, que me recuerden mis luces y sombras, para no olvidar las lecciones aprendidas, como la importancia de reinventarse a una misma para no perder nunca de vista el camino a seguir.
Podría decirse, que este confinamiento está siendo una prueba constante, dar la bienvenida a nuevas emociones y herramientas, pero también el momento de dejar ir muchas cosas que tanto me frenan.




Claudia Cerro Edras
@volvoreta98


Foto de una pintada del Barrio del Oeste, Salamanca.
Uno de mis lugares favoritos y que iba a visitar antes de todo esto.

viernes, 1 de mayo de 2020

EL POZO


EL POZO

"Pozo" Ilustración de arte menstrual y acuarela
de @Hadalunaria

Desde que empezó el confinamiento, comencé a escribir unas crónicas al centro de mí misma en las historias de mi Instagram (@hadalunaria). 

En ese momento quería creerme que serían quince días…aunque en el fondo todxs sabíamos que sería más…pero me resistía a hacerlo una realidad en mi mente. Realidad que se ha ido imponiendo.

Ese diario, cuyas páginas publico diariamente y a las que he llamado “CORONA-VERSOS”, me sirven para volcar lo que cada día recojo del POZO
Vivo con un enrome gato rubio en un piso con balconcito donde nunca da el sol, todas mis ventanas dan al norte. 
Lo bueno es que en los días despejados se ve la sierra de Madrid. Y eso permite que mi imaginación vuele y se sienta libre.

No tengo contacto con más humanos que lxs cajerxs del súper, vecinos que veo salir con los perros cuando voy a tirar la basura o a través de la pantalla en las vídeollamadas.

Me están costando estos días porque le he tenido que explicar muchas veces a mi CUERPO que no puede salir a correr al parque, que de momento no puede ir a bailar lindy hop ni salsa con otras personas ni puede abrazar ni sentir otra piel.

Están siendo duros porque recibo muchas malas noticias de personas cercanas. Y porque mi piel es muy porosa para las emociones y se me cuela el dolor que hay en el ambiente…y toca explicarle a mi CORAZÓN que, en la vida en la Tierra, la muerte existe, y es parte de ella.

Por eso, para que mi ALMA se recargue cada día, voy al POZO, saco ese agua que me nutre, recuerdo todos los aprendizajes que he ido haciendo en los momentos difíciles de mi vida, y noto que revivo.

María Cuadrado